Los carteles exteriores más importantes del mundo (II)

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En nuestro anterior número abríamos con la primara parte de una serie de artículos donde pretendemos presentaros algunas de las mejores iniciativas publicitarias relacionadas con carteles y dispositivos de exterior. Continuamos con la serie.

El primer ejemplo de esta edición no es exactamente un cartel, pero si de dispositivos exteriores y un ingenio digno de ser recogido aquí. Una agencia panameña aprovechó el mal estado del pavimento de sus calles para llevar a cabo una acción publicitaria rompedora. Colocó dispositivos en distintos baches de las calles de la ciudad y cada vez que pasaba un vehículo por encima de ellos enviaba un tuit al departamento de Obras Públicas para dar parte del agujero. Tal fue la repercusión de la campaña que este departamento tuvo que dar cuentas de problema en una televisión local.

Nuestro segundo ejemplo lo encontramos en un anuncio callejero que la marca Reebok puso en marcha en Estocolmo. Con una cámara de velocidad y tecnología de seguimiento retaba a los paseantes a correr y superar los 17 km/h. Si lo conseguían obtenían una recompensa, unas zapatillas de moda.

Nuestra siguiente parada también tiene unas zapatillas de protagonista. La empresa Hypervsn, especializada en avances en las proyecciones 3D, presentó hace unos años en la CES internacional una valla publicitaria hecha de luces LED que conseguía imitar a un holograma. Aunque no es una publicidad interactiva, abre grandes posibilidades para campañas interactivas que pueden llamar poderosamente la atención.

La campaña que si se basó en una valla publicitaria fue esta de Ikea, que ya nos tiene acostumbrado a campañas espectaculares. Una valla en forma de puzzle para dar a entender lo sencillo que puede ser el montaje de sus productos.Netflix creo este anuncio interactivo exterior (pero analógico) en México para el estreno de la película Roma, un mapa con todas las localizaciones de la película en la ciudad.


Para finalizar hablaremos del impactante cartel colocado en Londres por Woman´s Aid y Ocean Outdoor, que incorporaba tecnología de reconocimiento facial. En él aparecía el rostro de una mujer maltratada a la que le van desapareciendo los golpes cuanto más gente la mira.

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