Tres son las principales ventajas que va a obtener los autónomos al cotizar por sus ingresos reales. La primera será aumentar su base de cotización, con lo que aumentará la cifra de sus pensiones. Con esta nueva fórmula se irá cerrando la brecha existente entre las aportaciones de los trabajadores por cuenta ajena y los que trabajan por cuenta propia.
La segunda, las prestaciones por incapacidad temporal. Todavía es mítica la idea de que el autónomo no puede enfermarse pues si se enferma no cobra. El problema no era que enfermara tres días por una gripe, si no cuando surgía una enfermedad profesional o una baja que incapacitara por varios meses, meses en los que el trabajador autónomo no cobraba. Hasta hace poco ni si quiera era obligatorio pagar por el concepto de incapacidad temporal. Esto cambia con la nueva Ley.
Estas nuevas prestaciones también contemplan ayudas por circunstancias de fuerza mayor, algo que podríamos considerar remoto si no fuera porque en un corto periodo de tiempo hemos sufrido una pandemia, una erupción volcánica y ahora una guerra.