Los comerciantes salmantinos con temor a la nueva ordenanza municipal de rótulos

Compartir

La reciente aprobación de la nueva normativa sobre rótulos ha causado preocupación entre comerciantes, restauradores y otros empresarios de Salamanca, creando incertidumbre y ansiedad ante los cambios que deben implementar. Esta situación ha llevado a un incremento de consultas a organizaciones  empresariales por parte de propietarios que buscan claridad sobre posibles nuevas inversiones en sus establecimientos, especialmente aquellos que adquirieron su licencia de operación durante la moratoria de 18 meses post-aprobación de la normativa.

La norma busca limitar el impacto visual de letreros, anuncios publicitarios y la iluminación exterior en locales y oficinas, dividiendo la ciudad en dos áreas: el casco antiguo y el resto de la urbe. En respuesta a las crecientes inquietudes, las asociaciones AESCO y ASECOV han iniciado diálogos con el ayuntamiento para resolver dudas, especialmente tras la fijación del fin de la moratoria para el 7 de agosto.

Antonio Flórez de AESCO y Rebeca Mendo de ASECOV han señalado que las consultas se centran en aspectos como el color de carteles y marquesinas. La normativa, que afecta a todos los sectores de negocio, no solo regula la colocación y el estilo de los rótulos sino también materiales y colores permitidos, generando especial preocupación en el casco antiguo por sus restricciones más estrictas.

Además de la regulación de carteles temporales y permanentes, surgen interrogantes sobre los requisitos para señalizaciones de ofertas. La posible solicitud de una nueva moratoria se contempla aunque se anticipa su rechazo, destacando la urgencia de apoyo para compensar las inversiones requeridas por los cambios.

La normativa detalla las condiciones para el casco antiguo, imponiendo restricciones materiales y estéticas en un intento por unificar la imagen urbana. Sin embargo, esta unificación viene con un costo para los comerciantes, especialmente en el centro, donde el gasto en adecuaciones puede ser considerable.

La falta de directrices claras y la preocupación por incurrir en gastos innecesarios han llevado a algunos comerciantes a adoptar una postura de espera, evitando realizar cambios hasta recibir notificación oficial. Este enfoque refleja el temor a realizar inversiones que posteriormente podrían resultar no conformes con la normativa.

La necesidad de presentar documentación técnica y justificaciones detalladas añade otra capa de complejidad al proceso, aumentando la carga para los propietarios que buscan cumplir con las exigencias de la normativa sin comprometer la viabilidad de sus negocios.

Suscríbete a nuestra newsletter

Recibe en tu e-mail todas las novedades del sector.





También te puede interesar