Salamanca, Ciudad Patrimonio de la Humanidad

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El motivo es que la ciudad elegida para esta edición es Salamanca, ciudad alegre y universitaria, donde la actividad del sector del rótulo está siendo gravemente perjudicado por la nueva normativa municipal: 

Esta nueva regulación municipal prohíbe la instalación de rótulos en banderola en todo el entorno monumental además de en otras 15 calles comerciales de la ciudad. 

Según el borrador de esta ordenanza municipal, estas banderolas sólo se permitirán en zonas del centro de la ciudad con poca actividad comercial y una vez justificado el escaso impacto ambiental. Además, han de ser de material textil, no pueden ser de grandes dimensiones (máximo 40×60 cm.) y no pueden contar con iluminación. Tampoco se permite su instalación en plantas superiores, ya sea en balcones o fachadas, ni la de cualquier tipo de publicidad, aunque se contemplan excepciones para actos culturales y educativos. Las restricciones no se limitarán la zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que va desde la ribera del Tormes hasta la plaza de los Bandos, sino a toda el área incluida en el Plan de Gestión de la Ciudad Vieja.

La futura ordenanza quiere prohibir la instalación de vitrinas portátiles o fijas en los machones o paramentos de la fachada. También impedirá la colocación de pantallas publicitarias en los muros de las fachadas del conjunto histórico. Tampoco se permitirá la instalación de “marquesinas de ningún tipo excepto en salas de cine, teatros, hoteles y edificios públicos de uso cultural”.

Tratará de poner orden en los directorios y placas de servicios profesionales que se colocan en los portales. Deberán poseer las mismas dimensiones, disponerse en vertical unas respecto a otras, y se tratarán de agrupar a un mismo lado del portal. 

Pocos van a ser los negocios que se salven de esta ambiciosa operación estética que el Ayuntamiento quiere acometer en el centro de la ciudad. No obstante, veamos lo que permite. 

Se permitirán rótulos en el interior de los huecos definidos por la fachada en la planta baja de los edificios, al margen de las banderolas en calles poco comerciales, siempre que no tapen elementos arquitectónicos del edificio. Pueden situarse en una franja encajada bajo el dintel o en el vidrio del escaparate del local —pintado, con vinilos o mediante tratamiento al ácido—. Si están bajo el dintel, podrán ser de hierro forjado —preferentemente con acabado oxidado— o de madera. Se prohíben los materiales plásticos, acero inoxidable, aluminio en su color natural, bronce y dorados.

En los muros de las fachadas de los edificios del centro que no sean BIC o inmuebles catalogados, se podrán colocar en los machones y encima del dintel de las puertas rótulos pintados en “sangre de toro” o placas de vidrio o plástico trasparente, piedra natural, bronce o latón. También se permite instalar letras sueltas de hierro forjado u oxidado, cobre, latón o bronce.

Desde aquí os animamos ya a crear series de diseños adaptados a estas exigencias. Podemos aprender de ciudades que han superado situaciones similares con nota, como el caso de muchas urbes históricas alemanas o centro europeas.

Esto sucede hoy en Salamanca, pero ya ha sucedido en otras ciudades españolas, y a buen seguro, otras aplicarán normas similares. 

Por eso, desde Aserluz, queremos invitar a las empresas de nuestro sector a unirse para hacer frente común contra normativas ineficaces y lesivas a nuestros intereses empresariales.

Queremos ser el canal de comunicación del sector para hacer llegar a las administraciones locales soluciones satisfactorias y eficaces que aúnen los objetivos de crecimiento y estabilidad para nuestra industria con la mejora del paisaje urbano en zonas históricas y monumentales que atesoran un enorme acervo cultural .

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